El azúcar, utilizado para elaborar jarabes neutros, conserva de una forma muy similar a cómo lo hace la sal. Extrae la humedad de las células del alimento, lo que imposibilita que crezcan microorganismos nocivos y ralentiza el deterioro del producto. Maselli, consciente de estas ventajas, cuenta con el refractómetro UR24, una unidad autónoma e independiente capaz de medir en línea los procesos de fabricación de jarabes para facilitar un control total y optimizar la automatización industrial.
El proceso de elaboración del jarabe utilizado como conservante en la industria alimentaria y de bebidas se basa en diluir agua y jarabe hasta lograr la concentración deseada (normalmente alrededor de 50 Brix) para, más tarde, añadir a la mezcla los aditivos deseados.
Este proceso de preparación puede realizarse de dos maneras:
- Por lotes. Los diferentes ingredientes, debidamente dosificados, se mezclan en el mismo tanque y cuando se obtiene el producto final, se bombea y se envía a un tanque de almacenamiento.
- En continuo. Una bomba dosificadora permite la mezcla simultánea de todos los ingredientes.
En ambos casos, el refractómetro en línea Maselli UR24 juega un papel clave. En el proceso por lotes, el UR24 (ubicado en by-pass en la salida del tanque) es capaz de controlar la concentración incluso cuando el circuito está cerrado. En el proceso en continuo, el refractómetro (colocado en la tubería saliente del sistema de mezcla) proporciona una rápida información en tiempo real al controlador del proceso. Así, si el producto se sale de las especificaciones o ya ha alcanzado su mezcla exacta, el refractómetro puede controlar las válvulas según sea necesario.
Las mediciones ópticas del índice de refracción del UR24 no se ven afectadas en modo alguno por el color, las burbujas de aire, los sólidos en suspensión, los cambios de flujo o de presión, las vibraciones o los cambios de temperatura. Además, no se desvían con el paso del tiempo, lo que garantiza unas lecturas fiables y estables.
Entre muchas de sus ventajas, el UR24 destaca ya que garantiza la fabricación de productos de alta calidad con una larga vida útil, da una respuesta rápida a las desviaciones durante el proceso, reduce los costes y el desperdicio de productos al reducir la frecuencia de los análisis de laboratorio y mejora la eficiencia de la producción y el rendimiento.